El pasado 6 de Octubre tuve el placer, el gusto (y todo lo que se les ocurra) de ver dos de las mejores bandas de la historia del Rock. Aquel día el estadio Único de La Plata recibió de la mejor manera al rabioso y tradicional Megadeth, a su vez fue uno de los tantos escenarios que acogieron la reunión del mítico grupo Black Sabbath.
Los preparativos para dicho día, de más está decir que ocurrieron con mi amigo, ya conocido, God of Rock. Cargamos el auto de birra, maní y rocanrol para partir hacia la ciudad del Lobo y del Pincha (mátense ustedes, hinchas!). Como siempre, el viejo método del cassette con plug para enchufarle música al modesto Ford Ka del año 1998, fue nuestro combustible mental.
Una vez arribados, nos dirigimos a almorzar y luego, a pie hacia el lugar del evento. Hordas de metaleros nos acompañaban, como era de esperar. Las típicas remeras con las tapas de los discos de las bandas. Los típicos manija que no dan dos pasos derecho, si no es agarrándose de las paredes o de otra persona. Todo lo de siempre. Pero esta vez... esta vez iba a ser diferente para la historia de la música en la Argentina. El gran John Osbourne iba a dirigirse al escenario junto con Tony Iommy y Geezer Butler (Bill Ward hace años que abandonó las pistas...). Black Sabbath estaba visitando suelo argento y todo iba a ser una locura a partir de la hora cero de ese mismo día, hasta que sonara la última nota.
Luego de tomar un par de latas de bebidas energizantes, ingresamos para esperar que el Colo Mustaine se haga cargo de allanar el suelo para que el Principe de las Tinieblas no tenga por menores. El show para muchos no fue bueno. Para mi, al contrario de todos, fue INCREÍBLE. Será que nunca los había podido ver en vivo, tampoco era un gran fanático de Megadeth. Lo cierto es que me dejaron calvo. Mustaine está recontra podrido en rock. Con un setlist de telonero, breve y todo lo que conlleva abrir un show, lograron dejarme boquiabierto. Clásico tras clásico. Impecable todo. In My Darkest Hour, el tema que más me la voló... Será porque es tributo a Cliff Burton? No se...
Una vez terminado el show de apertura de la fecha, todos esperaríamos a que la oscuridad tome cartas en el asunto de la mano de Ozzy. Sin dudarlo me fui ubicando del lado de Tony Iommy. No existían chances que lo viera de lejos. Esos dedos de palo son únicos y hacen llorar a la viola distintivamente.
War Pigs iba a ser el tema para comenzar con la locura! Sonaron todas las canciones más esperadas, a pesar de ser una gira presentando su más reciente disco "13". No faltaron Paranoid, Fairies Wear Boots, NIB, Black Sabbath, Iron Man, Children of the Grave, entre otros sumados a los cortes de difusión End of The Begining y God is Dead del nuevo LP.
La adrenalina fue tal, que Ozzy logró cantar todo el show de la mejor manera. Todos nos fuimos fascinados con su despliegue vocal. Hacía muchos años que Paranoid la cantaba el público, mientras él aplaudía. Esta vez, fue al revés. Todos aplaudiendo el derroche de magia de Ozzy. Qué placer! Y nos arrojó baldes de agua, botellas, y todo lo necesario para mantenernos frescos y activos. Un tipo muy pillo a la hora de tener entretenida a su gente.
All in all, fue un gran concierto. Una gran noche de rock. El día que el Heavy Metal se hizo presente en su máxima expresión. Sólo queda agradecer a Megadeth (quién volvería a principios de este 2014) y a Ozzy, Tony y Geezer por romperla toda y dejarla así de chiquitita. Cracks. Gracias eternas!