miércoles, 1 de enero de 2014

Scream for Me!

Viernes 27 de septiembre de 2013, un día muy esperado durante los meses previos. Nada menos que el día que Iron Maiden volvía a la Argentina, tras su última visita (a la cual no asistí) presentando Final Frontier. Yo me levanté como todos los días y me fui a trabajar. Esa jornada estuve dándome manija con todos los álbumes de ellos. Di mis clases de inglés con recitales de fondo. Todo apuntando a las seis de la tarde, horario en el cual me retiraba a mi casa para prepararme para el rocanrol. Se imaginarán que las bandas soporte de aquella noche, fueron (para mi) un cuento de boca en boca, ya que jamás llegué a verlas. Ghost abría la fecha, luego Slayer se hizo cargo de dejar el terreno listo para la banda principal de la noche.



Camino al estadio, como siempre, malones de metaleros caminando por las calles de Belgrano y Nuñez. Todos con remeras de Iron Maiden. Debo confesar que yo era el menos metalero de todos. La gente avanzaba a pie al estadio de River Plate, todos íbamos con una fresca en la mano, algunos íbamos escuchándolos con el reproductor de música. Llegando al estadio todos, con ticket en mano, entrabamos en calor cantando típicas canciones de cancha, esta vez dedicadas a Maiden. Una vez pasados los controles, entrar corriendo al campo (como en la peli Detroit Rock City, cuando los pibes entran a ver a Kiss.  O como cuando fui a ver a Pearl Jam a La Plata, que estábamos llegando tarde). He descubierto que uno encara diferente el recital si entra corriendo. La adrenalina es aún mayor y solo querés rocanrol!

Antes de comenzar el recital, en la cola del baño, me quedo hablando con dos uruguayos. Con esto quiero ilustrar la capacidad de mover personas que tiene esta semejante banda. Todos esperábamos con muchas ganas el show de la bestia. Cuando de repente se apagan las luces. Obviamente, yo ya estaba a tres personas de la valla del lado de Janick Gers. Suenan los primeros segundos del recital. Todo comenzaba con un gran tema del disco Seventh Son of a Seventh Son, Moonchild. Tanta era la energía, que parecía que todo iba a explotar. En eso, Bruce Dickinson decide detener la música. Lo que había ocurrido no era menor. Derribamos una parte del vallado… Si no paraban el show, podríamos habernos lastimado jodido.

Luego de 20 minutos, en los cuales Bruce nos pedía que retrocedamos, hizo un solo de batería, otro Nico McBrian, hizo (Bruce) The William Tell Overture golpeando sus cachetes con los dedos y haciendo sonidos con la resonancia de su boca. Lo más impresionante, el público cantando Heaven Can Wait. Pasado el tiempo, se reanuda el show. A mi parecer, fue muy bueno lo que hicieron, más después de escuchar a Dickinson decir que se iban a quedar toda la noche si era necesario, porque ellos querían rocanrolear tanto como nosotros.

Can I Play with Madness fue como se retomó el concierto. A lo largo de él, me ocupé de escuchar y mirar a cada uno de los integrantes. Dickinson, siempre una bestia. Gritando “Scream for Me” todo el tiempo. Agitando y corriendo para todos lados. Cantando de puta madre. Steve Harris, el corazón de Maiden. Su bajo es asesino. Sobre todo cuando lo lleva a su pecho y lo toma como si fuera una ametralladora, disparando notas musicales para todos lados. Dave Murray, muy fino y veloz en su guitarra. Solos que te paralizan la mente. Adrian Smith, la guitarra rocanrolera. Solos que realmente le nacen del medio del pecho. Dueño de una buena voz. Nico McBrian, zarpado baterista. Sin golpear muy duro, logra sacar el sonido justo para acompañar todo. Muy técnico, a mi gusto (Recuerden que no soy baterista, soy guitarrista). Finalmente, a quien más me gusta observar, Janick Gers. Además de sonar muy bien, se encarga de aportar un poco de magia y humo. Revolea la viola, tira patadas, salta, corre. Hasta le da con la rodilla a las cuerdas. Un verdadero fenómeno. 
Las canciones fluyeron hasta Run to The Hills, donde claramente se coreó la guitarra principal. Fear of The Dark, casi sobre el final, es una mención aparte. Es impresionante como se vive el coro de Fear of The Dark. A los músicos les impresionó siempre, a tal punto de incluir la vez que lo tocaron en Ferro, para el DVD Flight 666. Impresionante. Esta vez no fue diferente. Un estadio repleto de gente. Dickinson diciéndonos cuantas personas éramos. El sonido que habían puesto. El tremendo escenario. No solo nadie esperaba menos de ellos, sino que ellos no tenían pensado brindar menos. Seguían los gritos de “Scream for Me”. Todos enloquecidos durante diecisiete temas. Los últimos tres fueron los encore. Aces High, The Evils that Men Do y Running Free. Nunca hay que olvidar que fue una fecha increíble.

A continuación voy a dejarles el link al setlist completo de la fecha y quizás si siguen bajando, haya un link al recital. Quizás, porque puede llegar a estar bloqueado en youtube.
http://www.setlist.fm/setlist/iron-maiden/2013/estadio-river-plate-buenos-aires-argentina-7bc7fad4.html